miércoles, 22 de diciembre de 2010

LA NAVIDAD SEGÚN EL PEPE (primera parte)

Mientras observaba actividades artísticas con música sacra y barroca se le ocurrió al Pepe que al año siguiente juntaría a los muchachos para conmemorar la navidad pero de acá, como la conocemos nosotros. Mucho corete y firulete pero no ser entendía un sorete -amagaba elevar la voz el Pepe y lo frenábamos- Tenemos que hacer una navidad nuestra. El Jesús por empezar va a tener apellido porque acá no es como en Brasil que te ponen un nombre largo y después te dicen Lula por ejemplo, o Ronaldiño. Acá no, acá tenés nombre y apellido así que Jesús no se discute pero el apellido lo proponen los vecinos y lo discuten las compañeras y compañeros en asamblea.
Y así fue que, cuando promediaba octubre, el Pepe reunió a la barra y –luego de la choripaneada- desplegó un croquis enorme de papel barrilete que sobrepasaba los límites del tablón. Y ahí tenía dibujado, hasta en los más mínimos detalles, el proyecto NAVIDAD NUESTRA. Y debate más, discusión menos, la barra del Pepe comenzó a trabajar en la decisión democrática de conmemorar en el pueblo la navidad. Y nosotros, que éramos más chicos, empezamos a colarnos en las reuniones y de a poquito nos incorporamos al trabajo; en realidad ayudábamos haciéndoles los mandados, pero esos menesteres muy importantes a la hora de avanzar en un proyecto, nos permitieron formar parte de la trastienda más extraordinaria que hubiéramos visto jamás: La Navidad en el pueblo, local, nuestra, Cristo naciendo acá. Qué tal.
Fue así: Por empezar de Papá Noel hizo el Flaco Cano, que pesaba cincuenta y dos kilos con ropa, no tenía barba ni canas. La organización decidió que el papá noel se vistiera de celeste y blanco y llevara una bolsa blanca con un sol amarillo, llena de juguetes y caramelos donados por los comerciantes del pueblo. Y decidió que fuera delgado porque la gordura exagerada del papá noel de los trineos tenía diversos factores negativos: representaba la opulencia que acá no había, la obesidad absoluta que es una enfermedad a prevenir, el ocio mal usado, porque un gordo asqueroso como el papá noel de la tele seguro que se debe rascar las pelotas todo el día para estar tan gordo y además debe ser un vividor. Y entonces el Flaco Cano empezó a ensayar y Ketina, la rubia más linda que jamás he visto otra igual, le hizo la ropa con retazos de tela que consiguió enseguida y el Flaco voló por los techos, se subió a los sulkis tirados también de caballos flacos, se trepó a las palmeras de la plaza, probó todas las formas y modos de entrar en el pueblo y lloró de emoción, flaco, celeste y blanco, sin barba y sin canas, lloró y cantó una canción de cuna que le había escuchado a su abuela y entró en la plaza y en las escaleritas de la pirámide se sintió Gardel.

Elvio Zanazzi
(continúa)

martes, 14 de diciembre de 2010

UN PUEBLO SIN MEDALLAS


El 15 de Diciembre de 2006 se fue el Negro Castillo. En estos cuatro años, además de extrañarlo casi diariamente, pienso que lo que él decía sigue formando parte de la agenda de mi almohada. Leonardo decía: el muro se calló pero la pregunta sigue en pie: ¿qué hacemos?
Y eso que se perdió la mayor crisis del capitalismo norteamericano, un crac mayor al del 29, el Negro se hubiera hecho un pic nic con semejante purga yanqui. Se perdió también el Negro cosas que merecen perderse, la pegó digamos, en este caso: se perdió a Macri con su xenofobia explícita, a la Camaño haciendo de la Hiena Barrios, a Cobos reiterando traiciones (empezó con el campo siguió con la del 82 por ciento movil), a Pino Solanas haciendo el caldo gordo a la derecha (muchos pinos hacen un Pinedo)la muerte de Kirchner se perdió, festejada tipo perro patán no sólo en los pasillos de la sociedad rural sino en la mierda forrajera de la federación agraria. Se perdió ver a mi pueblo, Ramallo, con el boom turístico de la costa, aunque sin cine ni teatro, ni calles transitables, ni derecho a cloacas a todos sus habitantes; se lo perdió el Negro querido. Se perdió el Negro a todos los promesantes del camino de acceso a Villa Ramallo por la Costa, que empezaba en Noviembre... JJAJAJAJJAJAAAJA.
El Negro se encerraba en la cocina con Bradbury, Saramago, Cien años de soledad, El quijote dos veces por año, Kazanzatkis, las Venas abiertas, y las colecciones de la revista El Gráfico cuando Joe Louis hacía de las suyas con las peras de sus rivales. Y qué mierda querés que hiciera un tipo que fue expoliado, triturado, exiliado, encarcelado, allanado, ninguneado, negado. En su pueblo y el mío, a una cuadra y media de su casa, la plaza que él caminaba luego de su infarto tiene en su centro una escultura emplazada por un personero de la dictadura militar, un ex intendente de la época del terror ante el silencio atónito de autoridades, vecinos y circunstanciales criticantes de gobiernos democráticos. A pocas cuadras, o a pcoos kilómetros de su vivienda anterior, o la actual bóveda del cementerio, reside la impunidad manifestada de diversas y sencillas formas ante el silencio de esta sociedad "nuestra forma tediosa de reunirnos, tan occidental como cualquiera" . A cuatro años de tu partida, querido Negro, seguimos sin contestar la pregunta, y en deuda con tus brevas y tu ciruelo. Te extraño mucho.
Elvio

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Crónica de una pasión (Cuento)

Había una vez un grupo de representantes del pueblo que se reunían una vez a la semana para debatir cuestiones de interés comunitario. Se hacían llamar Honorables Parlantes; HP les decía la gente común. No se trataba de una Peña futbolera; se abogaban en todo caso el poder decidir hábitos de funcionamiento cotidiano de la comunidad que representaban.
Una noche, después de discutir acaloradamente sobre la conveniencia o no de declarar de interés público la “Fiesta del Panqueque”, iniciaron su sesión ordinaria para tratar la Agenda local de Interés colectivo. Para ello todos habían cumplido con la tarea fijada a priori de oír y ver los noticieros de la televisión que son los que marcan la realidad y las necesidades de la gente.
Pidió la palabra el representante del Partido Intermitente quien manifestó haber estado 2064 minutos frente al televisor. Detalló los canales y programas que observó, dio detalles de los titulares y conductores que lo conmocionaron y de inmediato afirmó con énfasis: ¡La inseguridad es tremenda!: Se rompió un ascensor de un edificio, asesinaron al mismo ciudadano nueve veces con el mismo revólver y asaltaron a la salida de un Banco a una joven en 34 oportunidades. Todos avalaron con gestos de cabeza inclinada y fisonomías redobladas las palabras del representante del Partido Intermitente.
En las gradas que corresponden a los vecinos que asisten a las sesiones había una sola ciudadana con una carpeta para entregar a los representantes del pueblo. Llevaba un detalle de las necesidades de su barrio, Villa Olvidada: Cuarenta y dos viviendas sin cloacas, dieciocho calles intransitables, once familias sin cobertura de salud, 9 familias sin agua corriente, una placita sin juegos y tapada de yuyos, falta de leche para un comedor por un desvío inesperado y no aclarado.
La señora aguardó cinco horas escuchando el debate de los HP sobre la colocación de cámaras de seguridad y monitoreo general, la implantación de un mangrullo en cada barrio con su correspondiente personal y partida presupuestaria en la cual se incluía la compra de un catalejo de última generación para “vigilar sobre todo a los menores”, la necesidad de reformar las leyes para dar garantías y libertades a los allanamientos policiales por zonas, comenzando siempre por los barrios periféricos, la dotación de móviles, combustibles y pizzas al personal policial y la prohibición de robar 34 veces a la misma persona, como estaba probado que sucedía, según las imágenes contundentes de los noticieros.
Los Honorables Parlantes aprobaron por unanimidad y con discursos apasionados la Agenda local de interés colectivo. Terminada la sesión, uno de ellos agradeció la presencia de una ciudadana en las gradas y le recibió la carpeta que de inmediato pasó a la Comisión de Estudios para su evaluación.
Como era un poco tarde y algunos estaban pasados de acidez por el recurrente café de la noche , decidieron en pasillos ir a tomar algo al único lugar abierto a esa hora: un rudimentario club nocturno habilitado con el rótulo de Whisquería. Allí seguirían dialogando sobre la inseguridad y se repartirían las invitaciones especiales que los organizadores de la Fiesta del Panqueque destinan a los funcionarios; la pausa, la relajación necesaria después del arduo trabajo, sería acompañada por un whisky con hielo servido por una amable señorita de acento centroamericano.

La ciudadana de Villa Olvidada llegó de madrugada a su casa, se preparó unos mates y miró el reloj: Dos horas para dormir pues tempranito la esperaba una jornada de baldes, mangueras y trapo de piso en una casa del centro.


Elvio Zanazzi

martes, 2 de noviembre de 2010

MANUAL DE MAYORÍAS

Espectáculo de Narración Oral que cuenta la historia de cinco amigos, sus alegrías y tristezas, la vida simple y contratiempos. Humor, nostalgia, sinsabores.. Condimentos que reúnen una historia a través de distintos relatos.Lo estoy estrenando en mi ciudad, Ramallo, en un restaurante precioso frente al río Paraná que se llama Terraza del Sol. Sus propietarios han tenido la gentileza y el desvarío de facilitarme semejante lugar para contar una historia. Lo haré el domingo 5 de Diciembre, a las 20 Hs. y quienes quieran ir reservando unos lugarcitos pueden hacerlo con tiempo, y con quince pesos cada uno. Trataré de devolvérselos con el mayor prefesionalismo posible; eso sí, la pasión está garantizada. Los espero. Un abrazo

Elvio Zanazzi
Tel 03407-15416905
elvioza@yahoo.com

lunes, 1 de noviembre de 2010

ESTORNUDO


Uno a veces anda así, de resfrío en resfrío. Se levanta temprano porque se despierta quince minutos antes que suene el reloj -maña de cuarentón-. Agarra el cepillo de dientes y estornuda y reniega porque la primavera ha traído vaivenes de soles y nublados. Uno va a la cocina, prepara el mate y piensa que tal vez el censista de la década llegará en un rato. Hay parte de responsabilidad cívica y dosis de ansiedad crónica. Mate rápido para fumar, ordenar la mesa del despelote diario y esperar. Mientras tanto uno agarra planillas y cree ganar tiempo completando un trabajo pendiente. Si el o la censista llega se interrumpirá la tarea y se continuará luego; no hay apuro. Otro estornudo. Uno procura amortiguar con las manos el sonido de la espiración repentina, menguar el ruido para no incomodar el sueño de su compañera, que viene de cansancio en cansancio. Pasa una hora y entre mates, cigarrillo, estornudo y planillas uno no ha encendido la radio ni la tele. Se asoma a la vereda y vé la calle semi desierta, señal de compromiso ciudadano, piensa. Vuelve y la compañera se ha levantado. Entonces uno va al baño, manía orgánica de cuarentón, lleva el diario del domingo anterior que lee incompleto y en cuotas. Estornuda dos veces y escucha la exclamación de la compañera, que ha recompuesto el mate y encendido la televisión. Murió Kirchner dijo, entre agitada y sorprendida. Lo que siguió fue una estampida de cambios intermitentes forzando el control remoto hasta anclarse en canal siete. Uno estornuda y vuelve a mirar la noticia y llora y la censista llega, escribe y se va, y el resfrío parece haberse ido con el censo, pero el llanto cerró la puerta y se quedó en la casa.
Y a seis días de aquella muerte grande pienso que alguna vez uno estornudó de llanto porque los genocidas tomaban sol en las playas vedadas a los pobres y hacían los mandados mezclados con mi abuela y con mi tía. Y uno vio de pronto a un presidente elegido por el pueblo que mandó a parar, como dice la canción. Uno vio cómo hizo bajar los cuadros de los dictadores asesinos y eliminó las leyes de impunidad para que mi tía y mi abuela pudieran comprar el pan sin tener que encontrarse con los que mataban a sus sobrinos y desaparecían a sus nietos.
Pienso que uno estornudó una vez y no creyó, cansado de creer en un relato de ficción escrito por los que ganaban siempre. Y ahora estornudo de voluntad, de cansancio cuarentón, ce compromiso moral. Hay quienes estornudan de hiprocrecía y tienen preparada la cicuta en comprimidos diarios. Yo tengo por si acaso guardado un estornudo comunitario para aventar de una sola y brusca soplida a quienes se les ocurra intentar una vez más echarle freno al remolino. Con tristeza va el estornudo porque la pena se ha instalado en la casa, en la mirada llorosa de mi padre, sale a repartir soda con uno, va hasta la esquina y vuelve y hasta lo mira a uno la pena, poniendo también cara de pena, y lo acompaña un rato, hasta que uno estornuda y se corre asustada.

Elvio Zanazzi

martes, 19 de octubre de 2010

CALIENTE

No me queda ni un solo remo,
ni un triste empleo triste;
soy de los que no tienen recomendación, ésas de peso, y sin embargo navego: una orientación de hombres y de octubre que le doy al rumbo.
Ni un solo remo,
ni corriente favorable por momentos,
pero igual estoy de Patricio hacia Fernanda,
de Alejandro hacia Florencia.
Estoy en el centro de un pulmón, pulmón de chozas y labriegos, albañiles, carpinteros; allá, en la villa, sueño ligero, proyecto de ciclón, guitarra sin bordona porque no aguanta el clavijero, bagualas, milonga en letra chica, Jorge y su pandilla,
todos ellos con la esperanza de un caudillo.

Ni un solo remo tengo,
ni resto, por las dudas. Sólo este rumbo de sangre y de mañana.
Atrás quedaron los que aguardan mi naufragio. Olvidé sus caras, el largo aburrimiento y la razón pesada que invocaron. Tienen remos, rápidos veleros, cascos de acero, edictos policiales, libros nuevos: todo para morir en el mismo lugar en que nacieron, porque no vivieron nada desde entonces, desde la pesada razón, los argumentos, y han puesto al olvido por remedio.
ENTONCES,
NO me calienten,
No empujarme,
NO SACUDIR LA POCA HIERBA QUE ME QUEDA.
Clavar mi pie en un cubo de luz
en la obsesiva forma que poseo de meter la pata, escaso dineral si lo miden o lo pesan. ¡Pero cuidado! Allí la voy de propietario.
Dejarme, dejarme al frente.
QUE PONER LO MACHO ENCIMA DE LA MESA
EMPIEZA CON TERNURA Y TERMINA CUANDO EL ÁRBOL CRECE.
Llevo a la inocencia animales que la infancia juega,
conejos de bruma,
potrillos de lana tibia,
magos pequeños, cascabel de naranja o de manzana. Con el hacha defiendo esas imágenes; “no vista ‘pa mayores, como dice Ángel,” mayor aferrao a su ladriyo y a los mangos, como ha dicho Guille.
NO JODERME, NO CALENTARME.
Esa es la medida, la salud de vuestro hueso;
A ver si pegan eso en la cabeza, que esa es, tal vez,
la medida del tiempo que les queda.

Ni un solo remo,
ni un techo sólido,
ni anís de luna;
pero
El verde no muere solo
cuando muere de cansado,
anduvo el árbol y el viento
haciendo amigos de paso.


Hoy
El azul no viaja sólo
por encima de la cuesta,
abajo prenden los hombres
al azul en su leyenda.

Y la mañana canta desde el ceibo y el romero.

Si es necesario alas de piedra
para que el vuelo vuelo te sepa
tendrás que hacerlas. Tendrás que hacerlas.
Lejos te esperan, cerca se empieza.
Un vuelo alto de pluma y piedra.
Y Juan retumba:
La tierra no crece sola
ni solo se yergue el trigo,
por allí andan los hombres
removiéndole los siglos.

No hay nadie solo en la tierra
cuando la tierra es de todos.
Mi gente cava en el canto,
la tierra lo hace más hondo.

Leonardo Castillo (extraído del libro "La Magia más Vieja"

jueves, 14 de octubre de 2010

MANUAL DE MAYORÍAS: ESPECTÁCULO DE NARRACIÓN ORAL

SINOPSIS: A través de los cuentos se relata la historia de cinco amigos, la vida, con sus simplezas y complejidades. Humor, tensión, nostalgia: componentes de un recorrido por las pequeñas historias cotidianas, camino en el que el futbol ronda como un paisaje que rompe los sinsabores mundanos.
Duración: 50 minutos
Unipersonal a cargo de Elvio Zanazzi
Informes: elvioza@yahoo.com
Tel. 03407-15416905

ESPECTÁCULO DE NARRACIÓN ORAL SE VIENE

miércoles, 13 de octubre de 2010

Chile

Los pueblos no tienen sosiego. Andará el ser humano hasta que el planeta se canse sin dimensionar el minimalismo de sus pasos. A las catástrofes climáticas se suman cada tanto de las otras, en las que interviene la barbarie del poder económico y depreda sueños. Sin entrar en la morbosidad mediática no puedo soslayar la emoción que me provoca la salida de los mineros de ese tremendo agujero ganado a las entrañas de la tierra. Me vinieron a la mente los artistas comprometidos del nuevo cancionero de los sesenta: Rolando Alarcón, Víctor Jara, Violeta Parra, Mercedes, Leonardo Castillo. Un periodista de la tele tuvo un furcio histórico; dijo... El presidente Salvador Piñera.. Y enseguida corrigió el nombre de pila. Allende dio su vida ante las garras del poder. Hubiera estado con casco metido adentro del pozo sin ningún atisbo de cobardía. Seguramente, si Allende hubiera podido concretar el sueño, el reparto de las vetas áureas sería otro. Me pregunto cuánto gana un minero para meter su corazón en lo profundo del infierno. Cuánto le queda del riesgo del que disfrutan en yates y placeres los dueños del oro y la palabra. Cuánta revolución se necesita para achatar la montaña, equilibrar su fiereza y dar cobijo a todos los hermanos. No me vengan con la historia del mundo globalizado y pobres siempre habrá. Ese recurso remanido de la cultura del poder atenta contra la sensibilidad de mis hijos, y de los hijos de mi vecino. Entonces, como diría el Negro Castillo, "Hay que decir un No, alto y sagrado". Ningún medio, ni el Ministro de minería que dá los informes en español e inglés (lo que provoca la seductora babosidad de los cronistas), ha hablado del por qué treinta y tres seres humanos terminaron atrapados en la mina. No han mencionado siquiera los nombres de los dueños de la mina que sepultaba treinta y tres historias mientras ellos, descarnadores, locuaces defensores de la propiedad privada, se declaraban en quiebra. El poder económico festeja la tecnología y el profesionalismo. Yo también lo festejo. Pero ellos festejan porque los ayuda a acrecentar poder. En otras minas, en otros agujeros, hay miles de seres humanos debatiéndose en la intemperie de sus días. Yo festejo y lloro el llanto de los trabajadores y pienso que es necesario salín como un pregón repitiendo la pregunta para exigir una respuesta distributiva: ¿Por qué?

Elvio

martes, 5 de octubre de 2010

Aparte

Aparte de llorar, Renato Dinamita ve cómo se apagan las velas del camino. Los pasos amortiguan su andadera, las hojas ya no crujen, el sol esquiva manotazos.
¿De dónde podrá venirle el fuego?
¿Qué mechas pudieran renacerle para recorrer un territorio de blancuras?
Anda callado, meta silencios, moqueando arroyos de lucidez y esperanzas que se esconden trás los porfiados brazos de un quinteto de arboledas.

Elvio

NARRACIÓN ORAL PARA LOS MÁS CHICOS

jueves, 30 de septiembre de 2010

LA VIDA DEBERÍA SER AL REVÉS (Quino)




Se debería empezar muriendo y así ese trauma quedaría superado.
Luego te despiertas en un Hogar de ancianos mejorando día a día.
Después te echan de la Residencia porque estás bien y lo primero que haces es cobrar tu pensión.
Luego, en tu primer día de trabajo te dan un reloj de oro.
Trabajas 40 años hasta que seas bastante joven como para disfrutar del retiro de la vida laboral.
Entonces vas de fiesta en fiesta, bebes, practicas el sexo, no tienes problemas graves y te preparas para empezar a estudiar.
Luego empiezas el cole, jugando con tus amigos, sin ningún tipo de obligación, hasta que seas bebé.
Y los últimos 9 meses te pasas flotando tranquilo, con calefacción central, roomservice, etc. etc..
Y al final... ¡Abandonas este mundo en un orgasmo!

QUINO

lunes, 27 de septiembre de 2010

VIERNES

Pasa la gente.
Una chica discute con un muchacho y el joven se va.
Dos hacen piruetas en la vereda y luego ingresan a un comercio
donde hay una mesa de pool.
Los autos desfilan sin mayores pretensiones.
No hay café en el club. Dice el concerje que la máquina se rompió.
Nadie llega, todos pasan.
Saltando va la investidura del compromiso.
Caminando apurada se mete en la plaza, temerosa de que la vean y la llamen,
la soledad.


Elvio Zanazzi

martes, 31 de agosto de 2010

jueves, 26 de agosto de 2010

La Carga



Mi cuerpo estaba allí... nadie lo usaba.
Yo lo puse a sufrir... le metí un hombre.
Pero este equino triste de materia
si tiene hambre me relincha versos,
si sueña, me patea el horizonte;
lo pongo a discutir y suelta bosques,
sólo a mí se parece cuando besa...
No sé qué hacer con este cuerpo mío,
alguien me lo alquiló, yo no sé cuándo...
Me lo dieron desnudo, limpio, manso,
era inocente cuando me lo puse,
pero a ratos,
la razón me lo ensucia y lo adorable..
Yo quiero devolverlo como me lo entregaron;
sin embargo,
yo sé que es tiempo lo que a mí me dieron.

Manuel del Cabral (Dominicano, 1907-1999)

Humorismo

Augusto Monterroso

El humorismo es el realismo llevado a sus últimas consecuencias. Excepto mucha literatura humorística, todo lo que hace el hombre es risible o humorístico.
En las guerras deja de serlo porque durante éstas el hombre deja de serlo. Dijo Eduardo Torres: "El hombre no se conforma con ser el animal más estúpido de la Creación; encima se permite el lujo de ser el único ridículo".

Ellos (Humberto Costantini)




Son tan bien,
tan irónicos,
tan finamente sabios,
que uno es un hotentote,
un perdonable bruto
innoblemente vivo todavía.

Ellos esperan,
ellos miran y esperan,
sencillamente esperan.

Tienen un aire dulce de bohemia,
un no sé qué elegante,
una sonrisa tía
(una vez escribieron doce versos
pero bah quién se acuerda),
un gesto roberteilor para ciertos asuntos,
te toleran.

(Te toleran creer, desgañitarte,
andar despellejado por el mundo,
te toleran hundirte hasta el no entiendo,
hasta el no puedo más,
o hasta las lágrimas.
Te toleran nacerte una mañana,
y asombrarte y reírte como loco
y seguirte y seguir
y adónde está esa vida y vengan cartas.
Te toleran tu angina, tus horarios,
tus deudas,
tu vino peligroso en ciertas noches,
tus camisas, tus ganas.
Te toleran morir cuarenta veces,
te toleran salir y enamorarte,
te toleran vivir loco de vida.)

Claro, tienen paciencia,
tienden redes,
dicen como diciendo todavía,
te ofrecen su fraterno aburrimiento,
te ofrecen lindos nichos,
te convidan.

A veces se insinúan sonrientes como putas,
tiran viejas carnadas,
te dicen que los otros,
que fulano,
es así
que vos en cambio...

Luego esperan,
te sonríen y esperan,
sencillamente esperan.

Yo no les tengo lástima,
quisiera
verlos chisporrotear en el infierno,
dando vuelta el manubrio de sus nadas,
bebiéndose sus muertes venenosas
como un aperitivo.

Humberto Costantini

martes, 24 de agosto de 2010

CUENTACUENTOS


BUENOS CUENTEROS PARA ESTE SÁBADO

EL PAÍS DE LAS PALABRAS QUE SE LLEVA EL VIENTO

Aquel “Subsuelo de la Patria sublevado” del que magistralmente escribiera Scalabrini parece haber sido reemplazado por un yacimiento de palabras que no se condicen con la actuación de los que las emiten. Subyace en el ámbito cotidiano un país que frena, desgasta, socava, asfixia y enoja el quehacer diario. Se trata de un estado permanente que no es necesariamente el ámbito de “los políticos”, como gusta decir a la Derecha; es el país de los chantas, de los que dan una palabra y no la cumplen, que tiene su raíz en los pequeños acontecimientos del día. Ejemplos hay muchos pero voy a referirme a situaciones personales que bien pudieren trasladarse a cualquiera vecina/o porque abundan y permanecen. Cuando yo era por ejemplo, Director de Cultura o Gerente del bingo sufría menos que ahora esa falta de palabra; tal vez porque me veían en una posición de “poder”, digamos. Pero ahora que trabajo de sodero y ando en una camioneta modelo 65, quizás, supongan los interlocutores más actuales, que puedan abogarse el derecho de prolongar eternamente respuestas, compromisos adquiridos y dosis mínimas de respeto social. Cuando escribo en términos personales no entienda quien lea que intento victimizarme; por el contrario: el trabajo dignifica; y en la calle y con los vecinos se aprende y se crece. Doy ejemplos personales convencido que situaciones así le suceden a la mayoría de los ciudadanos. En el ámbito de mi trabajo me he entrevistado, personalmente y por teléfono con una decena de personas (para no exagerar cantidad) a las que abordé por diversas circunstancias. En un alto porcentaje (para no volver a exagerar y parezca increíble) el verso (no poético sino del otro), el “Te llamo mañana”, “Hoy lo resolvemos”, “Quedate tranquilo” ha sido el irrespetuoso común denominador de las respuestas que nunca llegan. Uno se queda esperando, como un boludo, así, mirando el teléfono que nunca suena, el correo que nunca te escribieron, la respuesta que navega en el mar de las chantadas. Hay un país de las palabras que se lleva el viento que impide caminar a paso redoblado. En la generalidad esos habitantes del desprecio por el valor de la palabra son los primeros en echarle la culpa a los políticos, o en acercarse a ellos por lo bajo para pedirles favores, para luego vociferar en las peñas amistosas o en suculentos almuerzos familiares, la indignación que les generan los dirigentes de este país. Pero el país, estimados lectores, funciona o no con las actitudes de sus habitantes de carne y hueso que a diario ejercen el derecho y el deber de poner en marcha el pequeño motor de las cosas sencillas. Y en general a ese motor lo encienden muchos tipos que tienen la chispa confundida: se redimen laboriosos y atareados y con esa excusa te mandan al olvido.

Elvio Zanazzi

martes, 20 de julio de 2010

José Saramago: Gracias maestro




Garúa... tristeza...
¡Hasta el cielo se ha puesto a llorar!
Enrique Cadícamo

Il Osservatore Romano dice de Saramago que mantenía una desestabilizadora banalización de lo sacro para mantenerse en un materialismo libertario que se fue radicalizando en el transcurso de los años.
“Se olvidó de un Dios en quien nunca creyó”.

Estas declaraciones fueron publicadas el día posterior a la muerte de José Saramago por la voz del Vaticano, mientras los restos del Poeta llegaban a su Portugal. Una vez más la iglesia inquisidora reafirma su concepto espiritual respecto de las personas que cuestionan o interpretan de otra manera a un evangelio tan manipulado según las necesidades del poder. Cuestiona al Poeta que sí creía en un Dios que bien pudo haber sido su abuelo de Azhinaga, aquel al que encontró José un día abrazando a los árboles, llorando, despidiéndose, porque se le venía la muerte y ya no los iba a volver a ver. No ha tenido el Vaticano palabras tan duras para con los invasores de pueblos. No se le ocurrió al Papa sentarse en la plaza de Bagdad antes que llegaran los ataques terroristas norteamericanos con misiles que mataron familias enteras. Tampoco puso el grito en el cielo en los Balcanes, ni en el depredado suelo afgano invadido por la guerra “santa” de Estados Unidos. Le pega al Poeta, después de muerto. Parece un canon de los canallas agarrársela con los muertos. Ejemplos cercanos tenemos en Ramallo con un ex intendente de facto ofendiendo la memoria del poeta Leonardo Castillo. Parece que la poesía y la coherencia incomodan al sistema, desestabilizan la propiedad privada, atemorizan a los que callan y otorgan. Saramago puso el dedo en la llaga a través de su obra. Planteó la hipocresía y al individualismo como lo que son: lacras humanas. En Ensayo sobre la ceguera, el libro de él que más me ha conmovido, describe con crudeza la miseria de la que somos capaces. Más allá de la ficción literaria hay eslabones que unen sus letras a la realidad del mundo, cercano, lejano, comarcal, planetario. Cuando se mueren hombres o mujeres como Saramago la humanidad pierde un pétalo de su ajado rosal. ¿Quién reemplaza ese brote? ¿Qué voz surge de la tierra para explicar el mundo más sencillo, sin la mentira del poder, lejano al disimulo de los que enseñan que el pecado es nacer? Pienso que levantar un altar de la memoria con Saramagos y Castillos, con Rulfos y García Lorcas, tal vez nos incite a detenernos a mirar la realidad un poquito más arriba de los árboles, arbustos enanos que ha sembrado el poder de instituciones corruptas, algunas, las más corruptas de la historia de la humanidad.
Quizás en ese altar puedan rezar los niños de Vietnam que guardan fotos de sus abuelos masacrados, los hijos y los nietos recuperados de treinta mil desaparecidos en la Argentina, los descendientes que quedaron de los pueblos originarios arrasados por los conquistadores con el aval de la cruz.
El Poeta, por gracia, nos ha dejado su obra, su testimonio viviente, tan tierno como los abuelos que lo criaron, esos dioses de carne y hueso, pastores y criadores de cerdo. Aquí sus laicos cantamos Garúa.

Elvio Zanazzi

miércoles, 7 de julio de 2010

Un hondo silencio (Por Mercedes Aguirre)

Hoy, un hondo silencio gana la vida un pueblo y se perpetúa en el tiempo sin final.
Es el silencio de la muerte que apaga vidas y voces y deja la puerta abierta al más allá
Es el silencio de las preguntas sin respuestas que abre puntos suspensivos a interrogantes que nadie ha sabido contestar
Es el silencio de los gritos que se callan, de los sollozos que se ahogan, de los dolores que se sufren para adentro… sin hablar
Es el silencio de las madres que se aguantan, que disimulan, que se van para no las vean llorar…

Hoy, un hondo silencio gana la vida de un pueblo y se perpetúa en el tiempo sin final…
Es el silencio inocente del que se encuentra con el horror en el peor lugar
Es el silencio cómplice del que sabe y no lo cuenta porque no se quiere involucrar
Es el silencio cobarde del que busca y no se anima a dar un paso más allá
Es el silencio incapaz del que no supo encontrar una nena perdida en las manos de un criminal

Hoy un hondo silencio gana la vida de un pueblo y se perpetúa en el tiempo sin final
Es el silencio mortal de un domingo a la tarde en cualquier lugar
Es el silencio obligado de una mano que oprime y amenaza con fuerza letal
Es el silencio amargo de una familia troncada por la tragedia y la enfermedad
Es el silencio de los medios que insisten con el tema y se vuelven a olvidar
Es el silencio del cielo que a veces hace cosas que nadie puede explicar
Es el silencio del olvido, que por omisión nos obliga a pecar

Hay un hondo silencio que gana la vida de un pueblo y se perpetúa en el tiempo sin final.

El martes 11 de mayo, falleció María Inés Cabrol, causa de un cáncer, Mamá de María Fernanda Aguirre, la joven entrerriana secuestrada hace 6 años para ser explotada sexualmente por redes de traficantes. Tenía 13 años cuando desapareció, el domingo 25 de julio de 2004. Vivía en San Benito, un pueblito de 6.500 habitantes cercano a Paraná, la capital de Entre Ríos.

María Inés falleció ayer víctima de una cáncer fulminante. Dedicó todos estos años a buscar a su hija en esa búsqueda liberó a docenas de mujeres y criaturas secuestradas.

María Fernanda

miércoles, 30 de junio de 2010

ESE DIOS SUCIO



ESE DIOS SUCIO

Por Fernando Latrille

Ese Dios sucio se encarga de volver de la muerte una y otra vez. Si parece que fue ayer cuando le disparaba desde su quinta a los “periodistas” que lo acechaban. Ellos, “las víctimas”, mostraban sus dedos ensangrentados, sus manos lastimadas de los disparos que con su rifle el astro les propiciaba e impactaban en los hambrientos noteros que buscaban a su presa, buscaban al “hombre mercancía”, al pibe de oro, al que todo lo convierte en oro, buscaban al 10. Pero esta vez la presa se revelaba, no esperaba sumisa ser rodeada por sus devoradores. Decidió atacar y disparar. Y como cada vez que disparaba con su zurda la pelota al arco, aunque esta vez con su rifle, también acertaba. Pero los caníbales mediáticos iban a aprovecharse nuevamente, transmitirían en vivo la agresión, y buscarían cobrar por los daños ocasionados por el número uno del mundo.
Pero como todo Dios, supo renacer una y otra vez, sumergido en el peor de los lodos, salió y siguió dando pelea, molestando a los poderosos, sin reparar en su poder. Llevando a la televisión al invisibilizado Fidel Castro. En canal 13, solo un Dios podría mostrar por canal 13 al líder revolucionario, al comunista Fidel Castro. ¿Si el comunista habla con Dios, entonces no es tan malo como dicen? ¿No era que Fidel era un dictador? ¿Cómo un dictador habla con Dios? ¿Cómo un comunista pudo hablar en un multimedios capitalista como lo es Clarín defensor de toda política norteamericana? Él lo hizo posible. Al igual que su abrazo a Estela, no difundido por los medios masivos, por los multimedios. Y ese Dios sucio, que cayó en la droga, en el alcohol, en los excesos de la noche, plagado de soledad, de lujuria, de agresión. Ese Dios, ese verdadero Dios, festejaría que el fútbol sea para todos, porque él sabe de donde viene, él sabe de su identidad de villero de pibe pobre. Y sabe que ese deporte popular, el más grandioso de todos los deportes, debe ser gratuito, debe ser visto por todos, por los que tienen y por lo que no. Ya no habrá más ñata contra el vidrio en un bar, pispeando un clásico por no tener para el café, por no tener para el decodificado (el gran negocio del multimedios). El Dios festeja, pero no sabe que su festejo se cobrará. Porque los que perdieron el negocio del fútbol soltarán sus despiadadas críticas a través de sus caníbales mediáticos a sueldo, los mismos a los que Diego les había disparado, dispararían sus críticas hacia él. “Qué llega tarde”; “que no tiene experiencia como DT”, “Qué no logra parar al equipo”, “Qué no llegaría a clasificar”, “Qué es necesario que alguien se acerque a darle instrucciones de lo que debe hacer”. Y el Dios demostraría que puede llegar y llegó. Y esta vez no fue su rifle, fue su pura esencia, la que disparó ¡¡QUE LA SIGAN CHUPANDO!! ¡¡VOZ LA TENÉS ADENTRO!! Lanzó en plena conferencia de prensa, rompiendo moldes, dando cuenta que es Diego Maradona, el mismo de Villa Fiorito. Escandalizados sus críticos como señoras de Barrio Norte que escuchan a Luís D’Elia, horrorizados por su expresión ante la prensa, pedirían cordura, respeto, ese mismo respeto que ellos habían perdido en sus críticas despiadadas, con el sólo motivo de vengarse porque Maradona festejó que el fútbol sea gratuito y ellos perdieron su gran negocio millonario. Pensaban que les iba a salir gratis sus descalificaciones. Está vez no serían balines, sería algo más doloroso, difícil de soportar, les atacaría su hombría, su cuestión viril. ¿”Cómo puede ser que un técnico nos diga que se la sigamos chupando, de qué nos trata, de sus putas”? ¿”Qué cree que somos”? ¿”Acaso no soporta las críticas”? ¿”Quién se cree que es Maradona, Dios”? Se preguntarían escandalizados por su lenguaje los periodistas deportivos.
Por eso, ese Dios sucio, al decir del maestro Galeano, merece esa copa. No la merecemos los argentinos, ni creo que el equipo. La merece él, por haber salido y entrado tantas veces hiciese falta a ese lodo. Por haber dado cuenta que es tan contradictorio como cualquiera de nosotros argentinos. Maradona es como el dulce de leche, como el colectivo. Es parte de nuestra esencia, de nuestra identidad compleja, de esa misma identidad que se atreve a buscar cuando abraza a Estela, a lo mejor sin saber demasiado de historia, pero siempre acertando. Al igual que acierta con Fidel, al igual que acierta con el Che, acierta con Estela Barnes de Carlotto. ¿Casualidad? ¿O será que éste Dios sucio, sí verdaderamente sabe lo que sucede?

jueves, 29 de abril de 2010

NARRACIÓN ORAL: NO SE LO PIERDAN


No lo conozco a Eduardo pero sí a Deolinda. La Deo fue compañera mía en la Especialización en Narración Oral, en Casa de Letras (Buenos Aires). Nos recibimos juntos y narramos en el Centro Cultural MOCA. Eso, digamos, no garantizaría nada, salvo que Uds. hubieran tenido el privilegio de ver y oir el paisaje, los colores, la intriga, todos los matices que Deolinda desarrolló en su narración de Infierno grande, un cuentazo. Ahora nos está ofreciendo junto a Eduardo "Dignificadas" y ¡Cómo vamos a perdérnoslo! ¡Salud querida Deolinda!, palmas desde este territorio ramallense.
EL NÚMERO DE TELÉFONO PARA LAS RESERVAS CORRECTO ES 4777-7647

miércoles, 28 de abril de 2010

Ventanita


Por esa ventanita pasan los duendes, arropados en el aliento de mi nene. Hacen un pic nic de rondas y salchichas, cantan abrazados la canción necesaria.
Por esa lumbrerita se cuelan los sueños pedaleando triciclos cargados de ternura. Andan los cinco años de Ivo con un hueco de voces, un coro de esmeraldas cantoras.
Papi

miércoles, 14 de abril de 2010

Coplas de lluvia

Viene la copla con lluvia
de asomada en mediodía
corre esperanza de pueblos
sobre las gradas vacías

Sobre las tumbas que esperan
un son de canciones vivas
que rediman la palabra
que se ha quedado perdida

Viene la copla con soles
y cuerdas de santa rita
para callar a las bocas
que repelen la caricia

Alza la copla su manto
de brazos y despedidas
alta la mano del hombre
para cantar bienvenidas

Que si la colpla se marcha
nos dejará sin la brisa
desamparado de soles
a pecho de la codicia

Alce la copla su canto
levante el hombre su estiba
que no se duerma la lluvia
borrando sol y cenizas
y que la voz de la tarde
no ande de sorda en la vida.

Elvio Zanazzi

jueves, 18 de marzo de 2010

REDOBLE POR RANCAS



Leí hace poco “Redoble por Rancas”, una maravillosa novela del peruano Manuel Scorza. Sensaciones similares tuve a cuando leí “Huasipungo”, de Jorge Icaza, hace unos cuantos años ya. Huasipungo tal vez relate con una terminología más aborigen. Redoble... pasea la narrativa entre el pulso aciago de la tragedia que el lector ve transcurrir indefectiblemente y la ironía muchas veces presente en la prosa del autor; una ironía que denota realismo por lo indefenso de los pueblos, por el abuso del poder y por la reiterada y arrogante opresión a los pueblos pobres. Una verdadera joya de la literatura para descubrir, redescubrir, recomendar y revivir de uno de los grandes exponentes de la literatura latinoamericana.

Elvio Zanazzi

Argamasa (quinta parte)


En una de aquellas salidas Lin despertó un marcado interés por el arte, la pintura en particular. Una tarde se escabulló entre la muchedumbre para sumergirse en la plaza de los mercaderes. Allí podía encontrarse de todo, desde baratijas de Indonesia, hasta cueros de osos de la montaña Lam, verduras frescas de la zona central y cadenas de metales brillosos falsos y verdaderos portados de contrabando desde el Hong Kong. Cubierto su rostro por una pañoleta de seda, vestida con las ropas típicas de uso popular y calzando un sombrero vulgar, la jovencita festejaba su complicidad con su nana quien había sonseguido los atuendos.
Lo cierto es que en el mercado descubrió un puesto de ventas de pinturas que la dejó paralizada: los cuadros reflejaban un realismo conmovedor; los colores eran tan auténticos que cuando Lin vio los verdes imaginó las ranas del arroyo, el negro de las noches sin luna, los rojos de un emocionante atardecer en las colinas de primavera. Quiso saber quién había pintado esas maravillas.

Elvio Zanazzi

lunes, 4 de enero de 2010

LOS ÍDOLOS POPULARES


Murió Sandro; acabo de enterarme. Me dio mucha tristeza porque la muerte es triste pero además la pena se extiende como el río creciendo, cuando el que se va es un ídolo, un ícono, un dios de los que se hace cruces la santa iglesia, un pecador, un provocador de emociones (cuentan que cristo tenía un disco de él).
Yo sólo tenía un disco de Sandro; uno que le habían hecho los rockeros en homenaje. Nunca fui un seguidor del gitano; siempre sí un respetuoso reconocedor de los representantes del pueblo. Y este sí que lo era.
Cuando se mueren los ídolos una parte de los circunstanciales contemporáneos seres que cruzaron su historia se va con ellos: una historia personal, un beso, algún olvido oculto en el ropero, una foto, una corbata, un latido...
Y yo siento que la muerte cortó menos diez, y la vida, (que como dijo Cátulo Castillo "...es una herida absurda") anda de retazos rotos buscando su pedazo, su Rosa, su trigal, sus Penumbras, perdidas en este enero caluroso y húmedo (por eso tanto ha llorado el cielo en estos días). Sandro, estás en el panteón de los mejores.

Elvio Zanazzi
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Los mejores
(Pedro Guerra)

Se van los mejores
Negados a ser y morar
Destapan el frasco de polvo y se van
Se van lo mejores
Ausentes de todo poder
Abrazan la luna del amanecer

Dejándonos solos
Cuidando en los libros su eterno tesoro
De amor e inquietud
Que el dios en quien nunca he creído
Bendiga su luz

Se van los mejores
Calmando el dolor de vivir
Detienen el curso de andar y escribir
Se van lo mejores
Hinchado de lluvia y amor
Se apaga el latido de su corazón

Se quedan aquí aunque se van
Nos queda el vacío de la felicidad