sábado, 29 de diciembre de 2012

Victor Jara

Anduve

(Víctor Jara)


Anduve sur y norte por encontrarte
amé para vivir lo que es querer;
la puerta estaba abierta
esperando que entrara
y comencé a entender la primavera,
el rito de la noche y la mañana.
Ay, amor...

La noche caminé una y mil veces
sin sentir que también tú caminabas
y un grito aquella noche
nos juntó la mirada
y sin saber tu nombre te llamaba,
y sin saber mi nombre me llamabas.
Ay, amor...

Aunque parezca absurda la inocencia
en el barro la nieve es siempre blanca;
de qué sirve plantar
la flor para cortarla,
la rosa se defiende con la espina
y nuestro porvenir con la esperanza.
Ay, amor...
(1968)

Fuente: www.cancioneros.com

Cuarenta años después de haber sido asesinado por la dictadura de pinochet, ocho de sus asesinos serán encarcelados. La justicia llega, a veces tardía. Para que siga amando y cantando, diciendo con el cuerpo y con el alma, el hermano nuestro vuelve, como volvían en mi país, Argentina, los desaparecidos arrojados al mar desde los vuelos de la muerte. Un día la marea los acercaba a la costa y la verdad aparecía flotando una vez más. Aquellos asesinos están siendo juzgados con la suerte de una Constitución vigente, chance que ellos no dieron a sus víctimas. En Chile parece que que aún renacen esos aires de justicia que tuvieron su manto de oscuridad, la que dejó libre a un asesino como pinochet. Salud hermano Víctor Jara! Sigues cantando!

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Editado por Sudestada, salió "Me dicen Mate Cosido", resultado de un trabajo de investigación de muchos años sobre Segundo Peralta, alias Mate Cosido. Este hombre, un bandido rural, fue un emergente social en la década del treinta en el norte argentino. Una especie de Robin Hood Argentino. En épocas donde el trabajo de un ser humano valía menos que un par de Alpargatas, no debería sorprender la aparición de Mate Cosido. Lo que a muchos le falta alguno lo tiene. Y Mate Cosido trataba de empardar el asunto. Gracias a la muchachada de la Revista Sudestada, que confió en este libro; gracias a Sergio Butara, que me acompañó en el primer viaje al Chaco; gracias a Jorge Conti, que me acompañó en el segundo viaje al Chaco, en un febrero algo caluroso. Gracias a todos los que participaron de las entrevistas, nos abrieron sus puertas con generosidad, autoridades de archivos históricos y judiciales, vecinas, familiares que sufrieron penas por el andar de unos y otros.
Interesada/os en el libro, comunicarse por aquí, o a través de la página de la editorial: www.revistasudestada.com.ar

Elvio Zanazzi

FUNÁMBULO VI

Los vecinos corren mientras la infancia se somete a
los designios de Tom y Jerry entre cuatro paredes y una tarde.
Murmuran en la vereda que ha habido muertes en la fábrica
incomprensibles para la niñez que mira televisión
en una casa blanca, barriosa y equilibrada,
mesurada y armónica.

Elvio Zanazzi
(Funámbulo - edición independiente)

lunes, 24 de diciembre de 2012

TRANSITABAN SUBSUELOS

Las calles con sus noches
y los llanos testigos de la minucia horaria.
Las calles con sus pueblos
y los niños fantasmas apoyados en la bicicleta.


Las calles con sus alucinaciones
y la oquedad de sombras en reserva.
Las calles con sus rúbricas
y los pavorosos dolientes de la guitarra.
Hoy soñé que las calles transitaban subsuelos
y doblaban forzados los brazos de la esquina
buscando ese refugio necesario
en el que los espíritus descansan el cansancio,
dormitan la impaciencia
y escriben sus memorias.
Mientras sueñan,
las calles comentan a los árboles la penas, los sueños,
las verdes inocencias que han pasado en la tarde
y han dejado sus rastros perdidos en las zanjas.
Y a la hora en que la luna les guiña contraseña
las calles se dormitan sin avisar a nadie
y mañana
quién sabe
qué buey serenatero despertará sus codos.

Elvio Zanazzi
(Sueños de aquí- El Francotirador ediciones)

sábado, 22 de diciembre de 2012

VEJEZ

Hoy te vi
toda poblada de harapos blancos,
prendida a tu vestido por hilachas sin esperanza.
Observé el peso de tu carne
con aliento extraño.
Me llenaste de suspiros anochecidos,
malgastando pasos desordenados
de sombrío presagio.
Quise enderezar tu espalda tallada
por inviernos acumulados,
pero tus huesos encorvados
se burlaron de mi fracaso.
Resignada y en silencio,
imaginé soles antiguos
de desafíos arrogantes.
Me regalaste una mirada
cenicienta y amarga,
y sollozaste la certidumbre
de no quedarte nada que esperar de la vida.

poema de Mabel Vigani de Mascardi
de su libro "Sin Orillas"

jueves, 20 de diciembre de 2012

El caballo blanco galopa por la calle desierta;
las crines señalan el camino del viento.
Quiero irme por el camino del viento, le digo;
devuelve las palabras, tapiala mi boca el viento.
Quiero irme por el camino del viento.
En la oscuridad una boca tapialada es el silencio.


Susana Tosso
de su libro "Delgadísima hebra"

martes, 18 de diciembre de 2012

MAÑANA (Juan L. Ortíz)

Paz verde e infinita, esmaltada y azul hacia las lejanías en el dulce calor. El aire transparente y brillante palpita en sutiles relámpagos de fugaces cristales. Mariposas en el alfalfar cercano de fluido temblor, con manchas amatistas. Árboles quietos. Cantan las chicharras y trema como en lírica fiebre la mañana estival. Juan L. Ortíz

domingo, 16 de diciembre de 2012

La última noche del Rey (Leonardo Castillo)

A Ray Robinson, Pascual Pérez y Alejandro Magno La última noche del Rey Casi ni ves, has aprendido todo el arte pero esta noche no alcanza. El tiempo y los golpes han demolido ese punto que relacionó a tu cabeza con el resto de la arquitectura. En la niebla que cruzan pequeños búhos luminosos no es difícil creer que el triunfo o la derrota es lo de menos, lo difícil es lo otro. La soledad de tus huesos volando a una región desconocida cuando alguien te grita al oído … nueve. LEONARDO CASTILLO
de su libro inédito "Canon de un Extranjero" LEONARDO CASTILLO, de quién se cumplieron este 15 de Diciembre de 2012 seis años de su desaparición física. El gran Poeta de Ramallo, el gran Hermano de todos nosotros.

lunes, 10 de diciembre de 2012

LA NAVIDAD SEGÚN EL PEPE (Segunda parte)

La pirámide de la plaza tardó poco en convertirse en un púlpito. La llegada del flaco Cano, el Papá Noel Argentino, atrajo a cientos de vecinos que andaban por el centro. Y enseguida la noticia corrió como reguero, como sucede en los pueblos, avanzando a zancadas, incontenible. En el camino de las noticias siempre se cuelan sustantivos y en ese recorrido se incorporaban acciones heroicas de un tipo que había salido volando desde la torre de la iglesia, decían algunos. Otros argüían que una figura envuelta en celeste y blanco caminaba en el aire, y, de a ratos, levitaba en un sulki tirado por caballos pampas, a puro relincho y argentinidad. Enseguida el pasacalles con "NAVIDAD NUESTRA" fue izado de palo a palo, de pino a jacarandá. El flaco cantaba una tonada lenta, con una letra que hablaba de la vida, de los pobres, de la siesta y el sudor. Algunos aplaudían sin saber bien de qué trataba el asunto. Otros miraban con asco, también hay que decirlo. Ketina, la rubia más linda, repartía un volantito entre la gente. Pepe, iniciador de esta pequeña epopeya, acercaba caramelos a las niñas y caramelos a los niños. Luego de esa dulce tarea, subió al escalón más alto y se dirigió a los asistentes, que a esa altura se contaban por cientos: "Hermanas y hermanos. Esta navidad la conmemoraremos nosotros como dios manda. Que nadie se ofenda pero el papá noel rojo y gordo de las películas es un invento norteamericano. No tenemos nada en contra de él, pero acá no es así. Ni se llama Santa Clos ni anda en trineos, ni hay nieve. ¡Qué va a haber nieve si estamos traspirando como locos! Esta navidad Cristo nacerá en nuestro hospital; más aún les digo, va a nacer en la salita del barrio Valle de Oro. Porque Cristo nació pobre, sin oro ni riquezas. Y les digo más, José y María no tenían mutual.." Algunos de los asistentes salieron caminando como si pasaran delante de una feria de artesanía, mirando apenas. Los chicos se querían quedar pero ciertos padres los tironeaban del brazo y se los llevaban. Pero no todos se fueron.... (continuará)