jueves, 18 de marzo de 2010

REDOBLE POR RANCAS



Leí hace poco “Redoble por Rancas”, una maravillosa novela del peruano Manuel Scorza. Sensaciones similares tuve a cuando leí “Huasipungo”, de Jorge Icaza, hace unos cuantos años ya. Huasipungo tal vez relate con una terminología más aborigen. Redoble... pasea la narrativa entre el pulso aciago de la tragedia que el lector ve transcurrir indefectiblemente y la ironía muchas veces presente en la prosa del autor; una ironía que denota realismo por lo indefenso de los pueblos, por el abuso del poder y por la reiterada y arrogante opresión a los pueblos pobres. Una verdadera joya de la literatura para descubrir, redescubrir, recomendar y revivir de uno de los grandes exponentes de la literatura latinoamericana.

Elvio Zanazzi

Argamasa (quinta parte)


En una de aquellas salidas Lin despertó un marcado interés por el arte, la pintura en particular. Una tarde se escabulló entre la muchedumbre para sumergirse en la plaza de los mercaderes. Allí podía encontrarse de todo, desde baratijas de Indonesia, hasta cueros de osos de la montaña Lam, verduras frescas de la zona central y cadenas de metales brillosos falsos y verdaderos portados de contrabando desde el Hong Kong. Cubierto su rostro por una pañoleta de seda, vestida con las ropas típicas de uso popular y calzando un sombrero vulgar, la jovencita festejaba su complicidad con su nana quien había sonseguido los atuendos.
Lo cierto es que en el mercado descubrió un puesto de ventas de pinturas que la dejó paralizada: los cuadros reflejaban un realismo conmovedor; los colores eran tan auténticos que cuando Lin vio los verdes imaginó las ranas del arroyo, el negro de las noches sin luna, los rojos de un emocionante atardecer en las colinas de primavera. Quiso saber quién había pintado esas maravillas.

Elvio Zanazzi