viernes, 20 de febrero de 2009

EN LAS CEGUERAS DEL MILAGRO (Nilda Salgueiro)


I
sin convocarlos
aparecen...
Se adueñan de las sombras.
Asedian.
Acosan,
dueños del secreto.
Imponen a mi almohada su vigilia.
Manosean,
se arrastran,
palpan y emigran
cuando los pájaros amanecen.
La noche los regresa
al amparo del silencio.
¿Dónde el fúnebre recinto?
¿Cuáles las palabras mágicas?
Alguien se empecina
en exhumar mis fantasmas.

Nilda Salgueiro
(de su libro "Raíz de fuego". Yaguarón Ediciones)

miércoles, 18 de febrero de 2009

ERRAR ES HUMANO

Malika es ingresada en un hospital de Kandahar. Está herida. Grita ¡Sakena, Sakena! Y llora porque le duele mucho la pierna derecha que está destrozada. Malika tiene siete años y esta noche fue a la montaña. Su papá la llevó a la aldea de Kakrakai porque se casaba su prima Sakena. Al menos era una distracción después de tantos dolores. A Malika le mataron la madre en un bombardeo por error; de ése se salvó por poquito. Había salido a buscar agua cuando una bomba cayó sobre su casa. Y ahora, cuando la alegría parecía retornar efímera, lenta, asomando a dentelladas, otras bombas cayeron mientras cientos de afganos festejaban el casamiento de Sakena y Fazalun. Ellos estaban felices, la gente reía y cantaba y la luna brillaba como nunca sobre Kandahar, detenida, fotográfica, sonriente, bendiciendo a la aldea.
Los hombres del Pashtún, apegados a las tradiciones nupciales, dispararon al aire con armas de fuego, como se hace habitualmente, desde que el mundo es mundo en Kakrakai. Pero los norteamericanos creyeron que se trataba de un ataque y bombardearon el pueblo. Murieron cerca de cien personas. Pero fue un bombardeo por error. Malika lo sabe, se lo dijeron en el hospital. Dijeron que su propio Presidente lo había dicho. La pena es que tendrá que comenzar a buscar un padrecito nuevo y otra pierna y ya no verá más a Fazalun ni a su amiguita Qadria, ni al tío Abdul, ni a Gulbuddin, que le hablaba del mar, ni a Shela, que cada vez que la veía le decía que era una linda niña y le contaba a escondidas que al fin había llegado a Afganistán la libertad.


Elvio Zanazzi

lunes, 16 de febrero de 2009

No era cierta (Norberto García Yudé)

No era cierta
la piedra en la cabeza
ni el oído en el trueno
ni la llovizna de fuego
deambulando
por los labios partidos.

No era cierta, no
tu mirada trunca
que deslumbraba soles
en la contrita soledad del monte.

Ambos fuimos abatidos
en un pozo sin fondo,
para no regresar
para quedar gravados
en el trotecito lento,
zarco, de la noche.

Norberto García Yudé, porteño. De su libro "Signos Vitales" (El Francotirador Ediciones)

sábado, 14 de febrero de 2009

Al ruido del martillo

Al ruido del martillo, la vejez prematura, el miedo a la barbarie, la soledad (propia y de los otros), la amabilidad desentendida, la precariedad, el insostenible latido, el murmullo de la vanidad, la tristeza estoica prendida en el cuero cabelludo, el cuero cabelludo prendido a la sangre, sin soltar nada, ni un instante, la culpa de vivir a contramano, a contrapelo, a contrafilo, en contra de uno mismo; atragantado de palabras, mudo de silencios, tieso de nostalgias, aterido de sonidos y de infancias. La pregunta sigue en pie; no hay ganas ya de buscar respuestas; no hay ganas ya de abandonar el cigarrillo; culpa de todo; miedo de todo; asco de todo; de uno mismo, sobre todo de uno mismo. En el lugar equivocado, en la montaña o en el llano, como dijo la vieja; con mi nene que quiere jugar algún jueguito…
Así viene la tarde noche
Así viene la tarde noche
Así viene la tarde noche

jueves, 12 de febrero de 2009

Desacoplado


Domingo, 1 de Febrero de 2009- TOMADO, CON TODO RESPETO, DEL DIARIO PÁGINA 12. ME PARECE UNA JOYITA (ADEMÁS PORQUE ME CONMUEVE GUITARRA NEGRA).
UN ACTOR ELIGE SU OBRA DE ARTE FAVORITA: POMPEYO AUDIVERT Y “GUITARRA NEGRA” DE ALFREDO ZITARROSA

Por Pompeyo Audivert

A mediados de los ’80 tenía una minúscula imprenta, hacía teatro de noche y de día imprimía tarjetas y recetarios en una minerva, máquina primitiva y peligrosa donde uno puede perder la mano si la pifia. Era un trabajo alienante y también, vaya paradoja, creativo. La cabeza volaba intentando una salida. En eso estaba una mañana con la radio encendida cuando de en medio del batifondo de los hierros y el motor eléctrico emergió una voz que, cargada de un imperio que no admitía rechazo, se impuso a todo aquella mañana. Una voz que reconocí de inmediato como aquello que yo estaba buscando sin saberlo, como si la hubiese estado esperando toda la vida y ella hubiera decidido para probarme hacer su aparición así, soterrada por los ruidos de la imprenta. En ese marco tan poco espectacular ni sagrado, el joven engranaje que yo era se desacopló y se detuvo, no falté a la cita y a pesar de que detener la minerva se paga con horas de retraso, yo la detuve. Paré la máquina y me acerqué rapidamente a la radio como a un tótem fulgurante del que manara vida y allí estaba, ¡oh radio sangrada!, Alfredo Zitarrosa recitando “Guitarra Negra”, esa obra de arte poética, musical, ideológica, que a partir de entonces y hasta hoy y seguramente por el breve siempre que me resta vivir latirá entrañada en mi sangre. Los motivos no puedo explicarlos, pues esa es la gracia de las obras maestras y de toda poética bien nacida, no conjugar nunca con la teoría, ser autónomas y ariscas a lo que no sea su radiante “sí” abierto y definitivo “porque las palabras como el aire son aliento que se vuelve viento”.
Tal vez se trate también de la forma, no sólo del contenido de la poesía, la forma en que está dicha, el galope de esa voz extraordinaria, el ritmo, el tono, la cadencia. Como actor le debo a Zitarrosa el haber descubierto que la voz tiene cuerpo y alma y que allí anidan los secretos del sentido y lo sensible.
Años después, tuve la suerte de ser convocado por Naldo Labrín (guitarrista y amigo de Zitarrosa) al homenaje que se le hiciera en el Opera para recitar “Guitarra Negra”. Fue la gloria. Luego hicimos con Naldo, Julio Lacarra y Nacha Roldán un espectáculo homenaje a Zitarrosa llamado Canto de Nadie. Para entonces y desde entonces recito “Guitarra Negra” de memoria, la tengo dentro de mí y muy seguido manejando o solo en mi casa la digo en voz alta y me emociona como la primera vez.


http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-5094-2009-02-01.html

martes, 10 de febrero de 2009

ARGAMASA (tercera entrega)



PARA NARRADORES: HISTORIAS EN MASA

Hijo del Cielo ingresó escoltado por los guardias. Tenía el ceño fruncido y se frotaba los dedos de la mano derecha. No parecía estar más crispado que de costumbre. Su espíritu guerrero y la autoridad legada por generaciones habían templado en él un aire de sublime paciencia. Nadie notó su desarticulada y sanguínea expresión que le había generado un temblor irregular en el párpado izquierdo.
-Eres bienvenido- dijo enfática la emperatriz, sorprendida por la prontitud del regreso de su esposo.
Ha habido una manifestación en la calle de los Arcos –habló con firmeza, sin mirarla y colocando su capa en una percha de oro el emperador-; “el vulgo reclama por el costo del transporte. La culpa la tienes tú por haberme sugerido permisividad con el pueblo, paciencia con los proletarios, piedad con los cultivadores, caridad con los artesanos. ¡Todo un pergamino de resuellos y bondades tenía preparado la emperatriz! Y no sólo eso. También un petitorio de autorización para aumentar el boleto de transporte, ya que le había parecido a la señora que en la cena del jueves el joven Hernández se había abstraído de tal requerimiento por respeto a la sobremesa”… pero habían quedado por interpretadas –interrumpió la primera Dama- las razones necesarias para tal aprobación en tanto vos mismo, mi Señor, te habías quejado del alto costo del heno y de los alquileres de las caballerizas producidas por la crisis financiera en el país del Norte.

¿Has contratado ya otro cuidador para los vasos?
Pues he citado al señor Hernández para que sugiera algún candidato que quisiera correr el riesgo de perder su mano o su cabeza, pues tu mismo has dicho que Hernández viene de una raza de hombres sufridos y conoce como nadie a los audaces y desesperados.

Al otro día el salón exclusivo para colocar los cincuenta y cinco (ahora cincuenta y cuatro ) vasos de porcelana azul contaba con los servicios de un nuevo cuidador, a quien el emperador le había dado las recomendaciones de rigor: Si un vaso se raya, te cortaré la mano; si un vaso se rompe, rodará tu cabeza…

Continuará…

Elvio Zanazzi

CULTURA

A la dignidad del poeta Sergio Darlin

La silencian en una cascada turbia que se desteje árida.
La empujan desde un barranco sin soles con aire de indiferencia.
Desolada como una sombra
rueda en un abismo sin horizonte.
Se estremece la memoria que la nombra
mientras la desgarran de su gloria los que aplauden la ignorancia.
Acendrada
pasea su silueta de alma
esperando la hora del regreso.
Entre tanto
el lupanar grosero
festeja el efímero triunfo
de la vulgaridad.


Mabel Vigani de Mascardi
Poeta nacida en Rojas y residente en la ciudad de Colón (Pcia. Bs.As.)
Poema tomado de su libro "Sin Orillas"

domingo, 8 de febrero de 2009

DIMOS PROMESA DE VOLVER


Cuando se me detuvo encontré para mí dos armas.
Una: la huelga de hambre hasta que el hueso del canto
se quebrara, dos: escribir
hasta que el hueso del canto me reemplazara.
Leonardo Castillo


Leonardo Castillo había escrito su primer libro en nueve días. Lo tituló “La Magia más vieja” y estaba claro que se refería a la libertad. De esos nueve días, ocho los pasó detenido en la Comisaría de Ramallo, preso de la dictadura de Onganía. Cuando salió de su encierro viajó a Montevideo invitado por una familia ramallense que se había radicado hacía un tiempo en Uruguay.
El actor Federico Luppi (ramallense como Leonardo) había grabado un disco titulado “Hombres desde Acá”, conformado íntegramente por poemas de Leonardo. Ese disco comenzó a transitar por distintas geografías, cruzando fronteras, llegando con mucha fuerza a Uruguay. El escritor se sorprendió por el reconocimiento de su obra por buena parte de la prensa uruguaya. Fue invitado a distintas audiciones radiales y televisivas y entrevistado por medios gráficos. En reiteradas ocasiones, mientras participaba de entrevistas radiales, recibía el llamado de una oyente, Raquel de Ambrosi, quien se identificaba con la poesía de Castillo. Una noche Raquel lo esperó a la salida de la radio. Café de por medio Raquel contó su historia. Había perdido recientemente a su marido en un accidente aéreo y trataba de salir adelante después de esa tragedia, criando a tres hijos, dos adolescentes y Teresita, la menor, la más retraída, la que no quería salir de su casa, la que más esperaba al padre.
Raquel invitó al poeta a cenar a su casa, y Leonardo fue gustoso, pensando fundamentalmente en Teresita, en dejarle a ella algo que le fuera útil, algo que la sacara de la tristeza. Se encontró con una niña conversadora, inteligente, de salidas espontáneas. Estudiante de francés, remarcó ella. En el transcurso de la cena sonó el teléfono que atendió Raquel; la llamada era una invitación de una amiga de Teresita para juntarse a jugar al día siguiente. Y en el No rotundo de la niña apareció aquella que la madre había descripto.
Después de cenar la pidieron a Leonardo que leyera su libro (aún inédito); mientras el poeta leía lentamente Teresita permanecía callada. Los poemas fueron grabados en aquellos viejos aparatos a cinta. En los días sucesivos la niña invitaba a sus amigas a escuchar al que había incorporado como “el Poeta de su vida”. Y comenzó a salir, repitiendo a su madre que si Leonardo hace lo que hace y dice lo que dice sobre los niños, ella también va a salir desde ahora por esos chicos.
Algunos días después Leonardo recibió una llamada telefónica para invitarlo a almorzar al día siguiente; era un amigo periodista que habitualmente lo entrevistaba. Pero alguien se había hecho pasar por su amigo, lo comprobó por un encuentro casual con éste. Su tiempo en Montevideo estaba concluido. En cuestión de horas se hizo tiempo para llamar a sus amigos y despedirse. Buscó a Teresita, pero estaba en la clase de francés. Minutos antes de salir para el aeropuerto la llamó por teléfono. ¿Cuándo volvés? Preguntó Teresita y Leonardo le hablaba de los juegos y los sueños y a cada comentario la niña reiteraba la pregunta ¿Cuándo volvés? Pronto –respondió Leonardo- pero mientras tanto te propongo que hagamos un pacto: Vos te encargás de cuidarme el aire y los pájaros de Montevideo y yo me encargo de cuidar a los niños. Ahora, si querés hablar conmigo, si tenés algún apuro, alguna urgencia, algún sueño que contarme, te vas al muelle, en Pocitos, y desde ahí hablame que yo voy a oírte. Y lo mismo haré yo desde mi costa, desde mi muelle y estate segura que te escucharé como estoy seguro que me escucharas tú cuando te hable.
Tiempo después La Magia más vieja fue editado y al prólogo original el poeta agregó una línea más: “Para los que nos esperan y dimos promesa de volver”.


Elvio Zanazzi

viernes, 6 de febrero de 2009

Patricio Anabalón cantará en La Habana

El cantautor chileno Patricio Anabalón integrará la comitiva presidencial, encabezada por la Presidenta de la República de Chile Michelle Bachelet, que visitará Honduras y Cuba en los próximos días.
Anabalón, junto al grupo chileno Los Tres y el grupo cubano Sexto Sentido, serán los encargados de inaugurar la Feria Internacional del Libro de La Habana, que tiene este año a Chile como país invitado de honor, con un concierto que se desarrollará el día 12 de febrero, al cual asistirán importantes personalidades del mundo artístico internacional.Además de esta presentación, el cantautor tiene contempladas otras actividades, entre las cuales destaca un concierto que ofrecerá el 17 de febrero en la Plaza de San Francisco, La Cabaña, junto a destacados músicos cubanos.

Más informaciones: http://www.patricioanabalon.cl
Descargue canciones de Patricio Anabalón en: http://www.patricioanabalon.cl/radio_mp3.htm

jueves, 5 de febrero de 2009

DEL LIBRO INÉDITO "ME DICEN MATE COSIDO" (E. ZANAZZI)


GANCEDO Y UNA CARTA EXTORSIVA


Ernesto Vildósola pasaba sus tardes sacando cuentas en el negocio más próspero de Gancedo, pueblo pequeño del noroeste chaqueño, cerca del límite con la provincia de Santiago del Estero. Ramos generales, maquinarias para los colonos y algún que otro menudeo ventajoso hacían de Vildósola un creciente comerciante, ajeno a los recodos de las privaciones. Un buen día, Eusebio Zamacola –que por entonces habitaba ese pueblo olvidado- decidió escribirle una carta mediante la cual le pedía la suma de cinco mil pesos, simplemente alegando que los necesitaba. Vildósola, asustado, recurrió a la policía. La carta detallaba además, la forma en que ese dinero debía ser entregado: por tren, un día jueves, en cierto horario y lugar, debiendo arrojarse en un sobre envuelto en papeles de diario, a la seña de luces de linterna.
La policía comenzó a tejer una estrategia para “cazarlo” en el momento oportuno. Vildósola acataba cada indicación y sugerencia de las autoridades policiales que se frotaban las manos con la posibilidad de quedarse con semejante presa. Así comenzaron a inventarse convenidas excusas demorando la entrega de la plata y ganando tiempo para tenderle la mejor trampa. El Vasco, agotando su paciencia y enterado que la policía lo cercaba, escribió una última carta a Ernesto Vildósola:

Sr. Ernesto Vildósola:
Déjese de andar embromando con policías y guardianes que de nada le servirán cuando llegue el momento del peligro, y dispóngase a entregar los cinco mil pesos o de lo contrario ya puede ir encomendando al diablo su alma negra de almacenero. Convénzase que pese a todas las medidas no podrá evitar que podamos hacer una descarga sobre su casa el día y hora que a mí se me antoje hacerlo. Si ya no le he dado un escarmiento y si espero un día más para que buenamente me entregue ese dinero es solamente por dos razones: primero y principal porque sé bien que una descarga hecha así, a mansalva, muy bien puede resultar una víctima inocente, una mujer o una criatura por ejemplo, lo cual desearía cuidar a toda costa. Aunque si esto llega a ocurrir, moralmente usted será el más responsable por su actitud suicida. La otra razón, de menor peso que la primera, consiste en que me gusta saberlo con miedo. Siento el placer que debe sentir el gato cuando juega con el encantador ratoncillo antes de darle el zarpazo final. Si su gesto de negarse a entregarme el dinero fuera producto de un espíritu bien templado y rebelde, yo mismo sería el primero en admirarlo, pero esa rebeldía poco obedece a las sugestiones de un alma mezquina y amarrete que antes de entregar un puñado de billetes prefiere vivir sobresaltado y temblando de miedo y rencor, sin importarle un comino las consecuencias fatales que su tacañería puede traer a sus familiares o empleados. Usted solamente ve en peligro su vida y su tacañería puede más que su miedo. Por eso no afloja. Su resistencia podría resultar un tanto justificable si su capital lo hubiese amasado con el sudor de su frente. Pero Usted se ha enriquecido con el producto del trabajo ajeno y hasta con el producto del robo, pues me consta muy bien que cuando tenían buen precio los cueros, en esa época usted era un pobre diablo, salía usted de noche por la puerta trasera de su casa, a recibir los cuatreros que le traían cueros de animales robados por los que pagaban una insignificancia y luego revendían a buen precio. Así se enriquecieron ustedes. Yo sé esto. He gastado en este asunto bastante tiempo, papel y paciencia. Si Usted se decide a largar la moneda el próximo viernes 9 de noviembre, desde el tren, como la otra vez, debe tirarla en el paquete. Esta vez le haremos la señal del lado derecho de la vía, y el que viaja con el dinero que vaya con el coche que va delante del comedor y que lo tire por la ventanilla. Esta será la última vez que insisto. Y si nuevamente no accede ya no me detendrá ninguna consideración. Tarde o temprano, tal vez cuando usted menos lo espere, llegará mi venganza.



Firmado: Eusebio Zamacola

FOTO: FABIÁN SOSA-ELVIO ZANAZZI, PRESENTANDO LA OBRA "MATE COSIDO, SOMBRA DEL MONTE", EN BARADERO, PCIA. DE BUENOS AIRES.




Extracto de puño y letra de Zamacola – Archivo Judicial del Chaco.

martes, 3 de febrero de 2009

pablo balbis

porque hay tanto y tanto hueco huesiforme dando
vueltas
bichitos infulados chacientes culosrotos venidos a más
con sus telefonitos pero basta de blablas
me quedo con vos tarántula mía despilfarro
te lo juro



(nosotrosgracias1)

PABLO BALBIS
Profesor de Artes Visuales y Poeta
nacido y residente desde 1974 en San Nicolás
parte de nuestra comarca.

pablo balbis

domingo, 1 de febrero de 2009

NECROLÓGICA

En el día de la fecha
ha dejado de existir la vergüenza.
La dama
-que el próximo mes cumpliría nueve millones de años-
pereció en razón de una larga enfermedad
que la aquejaba
y que tuvo su paso letal el día lunes
cuando un enésimo niño murió
por las enfermedades de los pueblos pobres.
Sus restos
no tuvieron inhumación alguna.
Se comenta en círculos no oficiales
que al morir huyó
convertida en golondrina.


Elvio Zanazzi
del libro "Sueños de Aquí"
El Francotirador Ediciones