jueves, 2 de abril de 2009

Ivo y sus palabritas como peces de colores


Jueves a la mañana. Vamos al especialista en vías respiratorias para tratar a Ivo de sus recurrentes broncoespasmos y consecuentes y molestos ataques de tos. El doctor atiende en San Nicolás y vamos un tanto ajustados de tiempo. Previamente pasé a buscar a Ivo por el Jardín donde saludó a su seño de la salita verde y partimos. Durante el viaje, veinticinco kilómetros de una mañana agradable con un cielo celeste intenso, mi chiquito no paró de hablar, pero sobre todo, de preguntar. ¿Y por qué hay una sola nube? ¿Por qué se hicieron esas montañas?; él llama montañas a las ligeras  elevaciones de tierras en medio de la llanura del camino de la costa. ¡Ahora viene un tobogán papi! Y era cuando tomábamos la curva bajando hacia el Puente Marconi. Cuando estábamos llegando al cruce de vías Ivo miró el humo de la fábrica. ¿Y éso qué es? ¿Qué es esa nube? Y entonces comencé a desplegar mi inocente sabiduría de padre para explicar a mi nene de cuatro años, con las palabras más adecuadas, que se trataba de vapor de agua emergente de unas chimeneas. Que como calentaban el agua para fabricar acero se formaba como nube de vapor, pero que no era igual a la nube que habíamos visto hacía un ratito. Cuando estábamos más cerca de la fábrica y el chorro vaporoso se divisiba nítido, Ivo volvió sobre la nube. ¡Mirá, papi, mirá!  Y me tiró palabras como duendes verdes, como palomas blancas, como un racimo de caramelos: "Comprame una nube grande papi, para acostarme, porque tengo mucho sueño".

1 comentario:

Agostina dijo...

Es un futuro artista ese chiquitito. No cualquiera tira semejante frase con cuatro años. Lo lleva en los genes!
Te mando un saludo y un pañuelo para que te limpies las babas.