martes, 1 de julio de 2008

un poemita

Dé sirve que huela a jardines el viento
si falta el aliento
que atrapa la flor...
Aute


De qué sirve vestirme de juglar
Ataviarme de voces para defender otras voces
Treparme a un escenario para cantar la historia
Vender ilusiones por los pueblos
Armarme un esqueleto para viajar los miércoles
Soñarme un hombre entero
Arriesgar la parte
Hacerme fuerte en la intentona de la angustia
De qué sirve
Si falta el aliento
Que evapore las penas que rasguñan los labios
Nuestros
Amos
Dueños
Si atrapa la flor de tu ternura el monstruo desairado.
Que no!
De ninguna manera
Lo permitamos amor.


Elvio

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Elvio gracias por el envío, un placer leer los poemas del Negro Castillo, un placer leer este blog.Seguimos en contacto. Un abrazo. pablo, Silvia, Tiziano.

Anónimo dijo...

Poema A Una Mujer de Julio Cortázar



No hay que llorar porque las plantas crecen en tu balcón, no hay
que estar triste si una vez más la rubia carrera de las nubes te reitera
lo inmóvil, ese permanecer en tanta fuga. Porque la nube estará ahí,
constante en su inconstancia cuando tú, cuando yo -pero por qué nombrar el polvo y la ceniza-.
Sí, nos equivocábamos creyendo que el paso por el día era lo efímero, el agua que resbala por las hojas hasta hundirse en la tierra.
Sólo dura la efímero, esa estúpida planta que ignora la tortuga, esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos huecos, y el sonido sin música, la palabra sin canto, la cópula sin grito de agonía, las torres del maíz, los ciegos montes.
Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo,no nos movemos del terror y la delicia, y sus verdugos delicadamente nos arrancan los párpados para dejarnos ver sin tregua cómo crecen las plantas del
balcón, cómo corren las nubes al futuro.
¿Qué quiere decir esto? Nada, una taza de té. No hay drama en el murmullo, y tú eres la silueta de papel que las tijeras van salvando de lo informe: oh vanidad de creer que se nace o se muere, cuando lo único real es el hueco que queda en el papel, el golem que nos sigue sollozando en sueños y en olvido.

Del blog a la palabra eremita, a la poesía y a Cortázar y otra vez aquí: comentando.

Over