viernes, 11 de julio de 2008

fragmento

Aquel hombre derribó la selva inútil para que naciera el trigo, y tendió entre los hombres puentes eternos. Al séptimo día quedó mirando las nubes como si rezara, o tal vez escuchaba cómo nacía el silencio durante el séptimo ocaso.
Cuando lo vi jugar con los niños ya no supe si era de nuevo entre nosotros Cristo, o si entre nosotros era de nuevo el Che.

Leonardo Castillo (La magia más vieja)

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