jueves, 1 de agosto de 2013

FUNÁMBULO XVII


No retornar a la base como un avión en busca de comida.
Aquí no; es inevitable el acceso a la otra punta o el naufragio aéreo será breve
pues desde esa altura la caída tardará apenas unos segundos.
De la chacra no ha quedado nada,
ni los rastros tan firmes que parecían ligados a la persiana de mi infancia.
¿Dónde está cada cosa?
¿Dónde la verdad y hasta dónde la fantasía de lo que tal vez no fue pero imagino que sí, que así debió haber sido?
Un viejo vagón asomado tras el cortinado de la última pisada, la que carne y esqueleto darán ineludibles si es que se logra el cometido de la cruzada.
Alguien grita ¡Cuidado!
Intento no distraer mi experta estrategia ante un comentario corazonado o lúgubre, animoso o perverso
de esos que suele hacer la gente con una carga de morbosidad,
esa cosa latente en el ventrículo rastrero de nosotros.

Elvio Zanazzi (del libro Funámbulo)

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