Florece el lino a lo ancho de la llanura y el cielo
informa que se ha tomado vacaciones en la tierra.
Andando los silencios de la siesta rural uno quisiera
no encontrar nunca las ciudades. Sólo los caminos
cortan como un gajo interminable ese mapa
de azules y septiembre, un mar inmenso en medio de la pradera.
Único y olvidado.
Elvio Zanazzi
FUNÁMBULO (edición independiente)
domingo, 27 de enero de 2013
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