domingo, 12 de junio de 2011

MARTÍN PALERMO


Dicen que la capital de Sicilia se llama Palermo desde tiempos milenarios. Discrepo con esa posición. Puede ser que sus habitantes crean en esa corriente histórica, pero se sabe que a veces, la historia de justifica por repetición y no por veracidad científica. Palermo se llama así desde el 30 de septiembre de 1997 cuando una tarde soleada, a pura tinta rubia, un tal Martín hizo, con su pierna cambiada el primer gol en Boca. De allí surge, parece, el nombre de Palermo para la capital de la estoica isla italiana. Es una gentileza boquense para con los italianos que enviaron del norte el cántico xeneise y recibieron para el sur el nombre del gol para Sicilia. Así, un héroe milagrero navegó los mares de Europa, aunque radicado siempre en el corazón del Riachuelo, ese charco oloroso, gardeliano y centéyico. Más de doscientas veces hizo que ese objeto mágico llamado Pelota entrara en los tres palos para gritos y cantos, lágrimas y delirios. ¡Tantos erró!, critican los contrarios.. Pero yerran los que van decididos a lograrlo, los que se juegan la vida en el intento, los que no especulan con derrotas ni vergüenzas. Por eso es mentira que la capital de Sicilia se llama Palermo desde antes del 30 de septiembre de 1997, es un error óptico, un nuevo escándalo italiano. Si basta con recorrer algún domingo cualquiera, una tarde de choripanes y canciones, una cancha que late y que suspira y un leve viento que a pasos se agiganta con un canto milagrero y la voz de pueblo que empieza con P.

Elvio Zanazzi

1 comentario:

fabian dijo...

Precioso, Elvio. Uno de los pocos tipos en el fútbol que te infla el pecho de orgullo y se merece lo mejor. Soy de los "contra" que lo defendió siempre en las malas, cuando lo vapuleaban y defenestraban. (Bah! siempre estoy "del otro lado", no?) Recorrerán un largo trecho para "atarle los cordones".