Giran los caballitos
Giran su mundo de circo en un ambiente tibio
cargado de usanzas.
Extiendo los dedos, cuatro dentro de cuatro y los
pulgares sueltos como locos perdidos,
como si no pertenecieran, fuera del resto, carpo y metacarpo
estirando la intranquilidad, perturbando la espera, cometiendo las ansias.
Cierro las manos al cilindro que ahora pesa como una angustia bruta.
La gente aplaude y los caballitos giran
con sus anteojeras planas y las orejas alertas
por si la muchedumbre deja de celebrar.
Elvio Zanazzi
lunes, 31 de agosto de 2009
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