lunes, 4 de enero de 2010

LOS ÍDOLOS POPULARES


Murió Sandro; acabo de enterarme. Me dio mucha tristeza porque la muerte es triste pero además la pena se extiende como el río creciendo, cuando el que se va es un ídolo, un ícono, un dios de los que se hace cruces la santa iglesia, un pecador, un provocador de emociones (cuentan que cristo tenía un disco de él).
Yo sólo tenía un disco de Sandro; uno que le habían hecho los rockeros en homenaje. Nunca fui un seguidor del gitano; siempre sí un respetuoso reconocedor de los representantes del pueblo. Y este sí que lo era.
Cuando se mueren los ídolos una parte de los circunstanciales contemporáneos seres que cruzaron su historia se va con ellos: una historia personal, un beso, algún olvido oculto en el ropero, una foto, una corbata, un latido...
Y yo siento que la muerte cortó menos diez, y la vida, (que como dijo Cátulo Castillo "...es una herida absurda") anda de retazos rotos buscando su pedazo, su Rosa, su trigal, sus Penumbras, perdidas en este enero caluroso y húmedo (por eso tanto ha llorado el cielo en estos días). Sandro, estás en el panteón de los mejores.

Elvio Zanazzi
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Los mejores
(Pedro Guerra)

Se van los mejores
Negados a ser y morar
Destapan el frasco de polvo y se van
Se van lo mejores
Ausentes de todo poder
Abrazan la luna del amanecer

Dejándonos solos
Cuidando en los libros su eterno tesoro
De amor e inquietud
Que el dios en quien nunca he creído
Bendiga su luz

Se van los mejores
Calmando el dolor de vivir
Detienen el curso de andar y escribir
Se van lo mejores
Hinchado de lluvia y amor
Se apaga el latido de su corazón

Se quedan aquí aunque se van
Nos queda el vacío de la felicidad